Lesbianóloga,
feminista y escritora peruana, auto exiliada en México, arequipeña por
convicción. Norma Mogrovejo paseó por Arequipa, su capital, para buscar un poco
de calma, visitar a sus familiares y, de paso, responder preguntas sobre la
vida fuera del país, la identidad sexual, el lesbianismo y todas aquellas
cuestiones que ella sabe analizar.
El tiempo es exiguo, en pocas horas
viajará de vuelta a México. La entrevista no puede ser larga. Norma Mogrovejo,
por el contrario, permanece tranquila, dispuesta a conversar. Ella escribió 3
libros sobre lesbianismo, y ya viene otro sobre las crisis de los inmigrantes
del LGTB (lesbianas, gays, transgenéricos y bisexuales). Sin más preámbulos:
¿Por
qué sintió la necesidad de irse a otro lugar, de autoexiliarse?
Yo terminaba la carrera de Derecho y
tenía un grupo feminista donde trabajaba... Era la época de Alan García, el
momento en que el terrorismo estaba in
crescendo y había muy pocas perspectivas laborales en el país. Todo el
mundo quería salir porque era una época muy devastada. Busqué una beca de
maestría, la gané, y me fui a México. Por último en el ámbito de mi opción
sexual no encontraba espacios alternativos.
¿La
razón de ese auto exilio —remarcando la palabra— fue una acción tomada por renegar del país
política y económicamente, o fue por la opción sexual?
No exactamente por renegar del país.
Porque el Perú te da elementos culturales de raíz, y yo nunca he renegado de
mis raíces; pero nunca he encontrado espacios alternativos para mí. Salir es
una forma de exilio; finalmente eres una espuria. No te encuentras, no te
hallas en tu lugar. Entonces como no eres un perseguido político —aunque el asunto
sí tiene que ver con la política— es un auto exilio. En una sociedad el Estado
debería otorgar los elementos y espacios necesarios para los ciudadanos, con
todos los derechos. Las personas que tenemos una opción sexual diferente no nos
queda otra salida, y más en una sociedad tan represiva como la arequipeña, que
irnos.
¿Pero,
como todo el mundo, no cree que quiso irse por una moda, por huir?
No, no era la moda. Mira, quizá no te
tocó vivir, pero era una época donde el desempleo (que sigue siendo un problema
muy grande) te condenaba a seguir dependiendo de los padres. Salías de la
universidad y no encontrabas cómo ganarte la vida. Entonces los estudios eran
una alternativa. Y para mí fue una posibilidad maravillosa encontrar una beca.
Ahora
que de vez en cuando regresa ¿no ve que nada cambió y sigue la continuidad, que
la juventud quiere irse, que el Perú está igual y va a seguir dejando salir a
su mejor gente?
Sí, yo siento que es un problema muy
grande que los gobiernos no hayan tenido la suficiente competencia como para
solucionar el problema de dar alternativas a los jóvenes que salen de la
universidad, para que no sigamos teniendo fuga de intelectuales.
Yo sigo siendo peruana, tuve resistencia
a dejar mi nacionalidad. Aunque muy poco me sirva viviendo en el extranjero,
porque yo no me beneficio de los gobiernos por los que estoy obligada a votar.
Porque el voto es una obligación. Así, aunque yo no quiera, mi conexión con el
Perú es más distante, aún haya buscado alternativas de retorno. Aún haya hecho estudios
con relación a la disidencia sexual, que sigue siendo un tabú en el Perú.
¿Ver
a la gente salir del país, que no tiene futuro ni aval para triunfar y que
luego serán denigrados en otros países, no le produce angustia?
Sí, son denigrados, y es espantoso, hay
situaciones de esclavismo que todavía existen. Como el asunto de los polleros
en México (que comercian con inmigrantes para hacerlos ingresar a EE.UU.) que
se aprovechan de la gente, les quitan el dinero, los abandonan en el desierto
sin comida ni agua: verdaderamente dramático.
Bueno,
cambiando de tema, ¿sus libros por qué no se publican en el Perú?
Plaza y Valdés, la editorial, no tiene
distribuidora en el Perú. Mis libros se publican en Bolivia, Argentina,
Ecuador, Costa Rica, en casi toda Latinoamérica pero no en el Perú por falta de
distribuidora.
¿Cuál
es el suceso más importante en su sexualidad, el cambio más resaltante...?
Mi salida del clóset en el Perú, a través
del programa de Denegri, que no sólo me implica a mí, sino que se lleva a toda
la familia. En mi casa se recibían llamadas como: «Me enteré que tu hija es
lesbiana», todo como una suerte de acoso. Y entonces se generó una inmensa bola
que arrasaba con todo. Mucha gente no sabía que yo tenía una opción sexual
diferente. Y es que se debe entender que las lesbianas, los homosexuales, los
transgenéricos no son gente delincuente, ni lacras, sino gente corriente con
una opción sexual diferente.
¿Qué
le recomendaría a la chica que se siente reprimida por tener preferencia sexual
por el mismo sexo?
Que reivindique su orgullo de ser como
es. Que no permita humillaciones. Cualquier opción que tome un ser humano, es
digna de orgullo.
¿Una
lesbiana entonces debe ser orgullosa?
Claro que sí. Por ejemplo el asunto de
los movimientos sociales ha ayudado a que la sociedad cambie de perspectiva. La
sociedad cambia permanentemente, y con el trabajo que hacemos logramos en algo
solucionar esto. Hacemos lo posible para que no vivamos tan aisladas.
Cuando
los homosexuales empezaron a salir en los Talk Shows, ¿no cree que fueron más
aceptados luego?
Creo que los Talk Shows son una especie
de circo romano, dispuesto para que se burlen de los personajes que ahí
aparecen. Son programas bastante denigrantes que no dan una imagen veraz, y
hacen que se imposibilite un tratamiento científico de los casos o temas que
ahí alegremente se tratan.
¿Usted
se siente proscrita?
No. Por su puesto que no. Estoy orgullosa
de lo soy, de lo que hago, de lo que siento, y de lo que me apasiono. Aún así
la sociedad proscriba algunas de mis acciones.
En
la época romana, la sexualidad era más libre.
Si, es cierto, pero no era una identidad
genérica. Los hombres tenían libertad para experimentar, pero sólo casualmente.
Pero eso no era una identidad genérica, una identidad con la que uno vive.
¿Qué
les dirías a las personas que dicen que sólo hay dos sexos, y no uno tercero?
No hay un tercer sexo. Pero existe una
gama de posibilidades de identidad sexual. Hay intersexos como los
hermafroditas, que son un número considerable, que la ciencia tradicional trata
de ocultar. No necesariamente el género coincide con el sexo biológico. El
género es un asunto cultural y el sexo es un asunto biológico. Uno nace con un
sexo, pero no con un género determinado. En un ámbito de democracia uno puede
construir el género que quiera construir. Es decir, la sociedad nos ha obligado
a asumir un género determinado por haber nacido con un sexo determinado.
¿Se
debe decir opción genérica y no sexual?
Opción sexo-genérica... Los
heterosexuales nunca se han cuestionado si en realidad ellos querían ser
heterosexuales, o si así devinieron porque la sociedad los obligó a optar por
esa opción. Las posibilidades del género son muy amplias y uno puede transitar
de un género a otro, e incluso tener un género móvil.
Enero,
2003.
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